El Electromiograma
Consiste en el registro mediante electrodos de los potenciales eléctricos que se
producen en el músculo esquelético cuando éste se activa. Se puede realizar con
un electrodo insertado en el músculo mediante una aguja que se introduce a
través de la piel, o también se puede realizar con electrodos colocados en la
superficie de la piel.
Para la realización del
electromiograma se colocan dos electrodos adheridos a la piel sobre el músculo
correspondiente. También se coloca un electrodo neutro, que corresponde a la
toma de tierra. Estos electrodos se conectan a un aparato amplificador, que
esencialmente es un voltímetro muy sensible, y que mide la diferencia de
potencial eléctrico entre los dos electrodos.
Cuando se estimula
la placa motora, se produce un potencial de acción que se origina en el centro
de la fibra, y se desplaza hacia los extremos.
Cuando
el potencial de acción alcanza el electrodo negativo, el voltímetro detecta una
diferencia de potencial, porque el electrodo negativo está en contacto con una
zona de la membrana que está depolarizada y es negativa en el exterior, y el
electrodo positivo está en contacto con una zona de la membrana que está en
reposo y es positiva en el exterior. Esta diferencia de potencial se manifiesta
como una onda positiva en el registro. Cuando el potencial de acción llega al
electrodo positivo se produce la situación contraria, y se registra una onda
negativa.
Si
se activa una motoneurona, se van a contraer todas las fibras musculares inervadas
por ella (unidad motora), y cada una de estas fibras musculares contribuye a la
diferencia de potencial que se registra. Entonces la situación es más
complicada que en el caso anterior, y se registran varias ondas positivas y
negativas, dependiendo de la posición de las fibras musculares y de los
electrodos.
En
la situación real, cuando se contrae el músculo se activan simultáneamente
muchas unidades motoras. Las ondas producidas por cada unidad motora se mezclan
unas con otras, y dan un registro en el que el potencial oscila de forma rápida
e irregular, y en el que no es posible detectar la actividad de cada unidad
motora por separado. Este es el patrón de interferencia, que se registra en
condiciones normales durante una contracción muscular.
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